Yasujirô Ozu

Yasujirö Ozu

En esta entrada he recopilado algunas de las obras maestras del gran cineasta japonés. He podido seleccionar 7, que creo resume muy bien su buen hacer

El estilo de Ozu es pura sinfonía suave, melodiosa, una sucesión lenta de imágenes bellas, sin estridencias, se suceden de forma parsimoniosa creando una atmósfera absorbente que atrapa al espectador.

Las películas de Ozu de los años 40s 50s son puras obras cromáticas, bellas, con ambientes muy logrados de la vida familiar japonesa. Con el tema de la familia de fondo, hay una constante en Ozu que se repite, la relación entre el padre viudo o separado, solo y satisfecho, con sus hijas. Lo vemos en Primavera tardía, para mí la mejor obra de Ozu, por delante de Cuentos o Historias de Tokio, considerada la mejor obra de arte de Yasujiro y una de las mejores películas del s.XX. Lo vemos también en Crepúsculo en Tokio, Las películas que aconsejo ver en primer lugar y que las tiene a sus disposición en este post. A mí me encanta El sabor del sake, es todo Ozu, transmite, paz, buen humor, sonrisas, buen ejemplo pictórico de la sociedad japonesa de la posguerra en su integridad, magnífica, y en la que, una vez más, cuenta con su inseparable actor Chisuû Ryu. En Otoño tardío de nuevo plantea la relación materno filial, a diferencia de las anteriores ahora es la relación inseparable entre madre viuda e hija. En El otoño de la familia Kohayaga o El final del verano, podemos ver a una espléndida Yoko Tsukasa junto a la ya icono de Ozu, Setsuko Hara, y cierra esta sección dedicada al maestro Ozu, la más antigua en el tiempo que he localizado: Había un padre de 1942, sensacional, cuenta la relación entre padre e hijo, la dureza y los sacrificios que el padre impone o administra a su hijo para su integral formación.

Hay otras constantes en los films de Ozu: el sake y los trenes. Es sabido que Yasujiro era muy amante de la bebida de sake, bueno hasta filma una película en torno a esta bebida, El sabor del sake , éste está muy presente en escena, todos beben sake a veces en abundancia. Y el tren, siempre hay un convoy en los largometrajes de Ozu, un tren que lleva las voluntades y deseos de la gente de un lado para otro, un tren que sobrevuela los tejados de las modestas viviendas japonesas y atraviesa las barriadas de aquellos años de la postguerra.