Algunos relatos breves o microrrelatos, que podíamos considerar Eróticos
-El bello pubis, y -El miembrecito y el puestito de amar……
El bello pubis de Claudine
Las suaves líneas de un hermoso cuerpo, que no solo invita a su contemplación, sino también a olfatearlo, acariciarlo y besarlo suavemente, con mesura, una y otra vez.
Mi cuerpo se desperezaba satisfecho y pleno en una mañana azul y luminosa de inicio de primavera, en mi olfato penetraba el exquisito olor de su cuerpo desnudo que descansaba junto a mi, mis ojos recorrieron con la mirada los suaves contornos de su piel, llevé cuidadosamente la yema de mis dedos a su boca y recorrí sus labios, ella dormía dulcemente, mi dedo índice acariciaba uno de sus pezoncillos cubiertos por una suave gasa de algodón, se contorneó levemente y gimió suavemente de placer, mis dedos se deslizaron pronto sobre sus nalgas y sumergieron en el pubis, acariciando su vello suave y tupido que cubría sus húmedos labios, acerqué mi boca a su clítoris para sentir su olor, impregnarme de él y besarle tiernamente, sus manos apretaron mi cabeza sobre su cuerpo e hicimos el amor largo durante mucho tiempo, una y otra vez más, ya sumergidos en el agua caliente de la bañera nos acariciamos con pies y manos nuestros humedecidos cuerpos y nos fundimos en un dilatado beso, al abrigo de nuestros albornoces divisamos el blanco intenso del hielo y el azul brillante del cielo.
Te recordaré siempre
Chile, junio del 2000
El miembrecito y el puestito de amar[i]
Esta es la historia de un “miembrecito” que se quejaba del poco trabajo que le salía; él era muy voluntarioso, tanto como si a una oenegé perteneciera, y estaba dispuesto a trabajar a grandes profundidades, sin ventilación y altísimas temperaturas, sin miedo a contagiarse de nada, a no descansar y a realizar horas extraordinarias, a fin de satisfacer el “puestito” de su amada, y sentirse útil y querido. Pero a pesar de su disponibilidad no le salía trabajo, con lo que no podía mostrar su buen hacer y las cualidades que atesoraba. El miembrecito vivía apesadumbrado, como inservible, en un mundo en el que dominaban las hembras que creían haber superado depender de cosas inútiles, gracias a los avances en la medicina y la reproducción asistida y a la carta, que le habían relegado a una figura fofa y encorvada.
Esta es la triste historia de un miembrecito que no podía contentar a su dueño porque no podía realizar compras en el puestito de amar.
Ecuador, agosto de 1995
[i] Los cañaris forman una etnia de indios pertenecientes principalmente a las provincias ecuatorianas del Cañar y el Azuay, cuya capital es la bella ciudad de Cuenca. Del Museo Etnográfico de esta ciudad he recogido esta expresión popular aludiendo al órgano sexual femenino
Miguel San Millán, 2023 |